por oscarlin figueroa
En 1505 el gobernador de la isla Nicolás de Ovando envió una
expedición dirigida por Rodrigo Trujillo de Mejía a administrar la mina de oro
que se encontraba cerca de un poblado
indígena llamado cotoy y a la vez fundar
una comunidad española en la zona.
De esta forma es fundado el pueblo que hoy llamamos Cotuí, un
pueblo que muestra claramente la imagen y las características de un camello:
resistente, de pasos lentos, carente de agua, maltratado, sobre todo un animal
que debe de llevar la gran carga, tal y como es nuestro pueblo pagamos
impuesto, producimos energía, propietario de minas, rico en agua, productor de arroz, piña,
cacao, todo esto para beneficiar a otros.
Cotuí, un camello dormido por mas de 500 años que aun no ha
encontrado de la forma de despertar y abrir los ojos ante tanto maltratos que
recibe y que ha recibido atraves de los años. Ser uno de los pueblos mas ricos
del país, no ha sido suficiente para que este pueblo se haya desarrollado en
los mas de V siglos de existencias.
¿Cuándo será que los
cotuísanos encontraremos las formulas para unificar nuestro pueblo por el
carril de avance?
¿Cuando será que
dejaremos de creer en los politiquitos de nuestro pueblo que solo les
interesamos en los momentos electorales?
Si no tomamos conciencia y luchamos por nuestro pueblo;
seguirá siendo como un camello en oriente, un burro en occidente y un hijo de
machepa en nuestros barrios, siempre llevan la gran carga y la responsabilidad
de todos y otros son los beneficiados.
Con este mensajes fueron distribuidos por los integrantes del
Movimiento Juvenil Comunitario en el día de hoy 3.000 mil volantes en el casco
urbano del municipio de Cotuí, en los barrios mas poblado y en la universidad
ITECO