A Don Alvaro Arvelo.
No calle contra la Barrick.
Si se calla el cantor, calla la vida.
En diciembre del 2007 llegó a mis manos una publicación llamada Defensa Comunitaria. Se trataba de un tabloide de seis páginas que en la primera traía, como principal noticia, la siguiente: “Gobierno pone en peligro las aguas, la tierra y la vida del país. Regala 16 mil millones de dólares”.
La información no traía el nombre del autor, expresaba lo siguiente: “La empresa canadiense Barrick Gold Corporation, que se esconde en el país bajo el nombre de Pueblo Viejo Dominicana Corporation (PVDC), procura ante el gobierno la adjudicación de los derechos de explotación de la mina de oro de Pueblo Viejo, Cotuí, provincia Sánchez Ramírez. De acuerdo con la ley, el único autorizado a conceder esos derechos es el Presidente de la República”. “Si a esa minera se le conceden esos derechos, se perjudicará severamente la vida de toda la isla, ocasionándole mayores daños a las provincias colindantes ñMonte Plata, Monseñor Nouel, Duarte y La Vegaóy a todas las que dependen del agua de los ríos que nacen en la Cordillera Central. El agua vale más que el oro”. El artículo citaba un informe de la Corpwatch, de Oakland, Estados Unidos, de mayo del 2007, el cual advertía sobre la enorme peligrosidad de la minería a cielo abierto, proceso que requiere la trituración de la mina para luego exponerla al cianuro a fin de extraer el oro, recalcando los efectos catastróficos de esa sustancia en los sistemas hídricos de todo el mundo, así como los riesgos de la producción de drenaje de ácidos mineros (DAM), porque vuelven el agua demasiado ácida y por tanto inutilizable para el sustento de vida.
Casi seis años han transcurrido desde la citada publicación y la Barrick sigue ahí, estrujándonos su poder en nuestras caras, burlándose de todos, haciendo lo que le da la gana, adueñándose de aduanas y carreteras, violando leyes, comprando voces, plumas y voluntades. ¡Qué pena! ¡Qué triste! ¡Qué vergonzoso!
Apoyemos el reclamo del Presidente pidiendo la unión nacional contra el abuso de la Barrick Drake que aspirando a arrebatarnos nuestro oro para aumentar su riqueza y su poder. Reivindiquemos nuestra dignidad y el respeto a la figura presidencial que esos piratas del siglo XXI han ignorado antes de que sea demasiado tarde. Detengamos su ejercicio de impunidad.