Las características niegan, por lo menos de entrada, la etiqueta de la delincuencia común en la muerte del viceministro de Energía y Minas y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en Cotuí, Victoriano Santos Hilario.
Las huellas son de una ejecución y las razones constituyen una incógnita, que tienen que despejarse cuanto antes. Los encapuchados que penetraron a su residencia, una mansión revestida de un modernísimo sistema de seguridad, no tocaron ningún objeto después de cumplir con la evidente misión.
La viuda Zoila María Gutiérrez, fiscal adjunta del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes de la provincia Sánchez Ramírez, narró que los victimarios tocaron al dormitorio de su esposo y que cuando este les abrió, de inmediato lo encañaron y lo sacaron al pasillo, donde le dispararon y se marcharon en una yipeta.
Las circunstancias en que resultó herido el joven Víctor Manuel Santos Gutiérrez, de 20 años, también están por aclararse. Las autoridades tienen la doble misión de capturar a los responsables de un homicidio que en modo alguno puede quedar impune, así como determinar todo lo relativo a la evidente ejecución.