Por Maxiel Jerez
La injusticia puede estar presente en cualquier tipo
de formación social, logrando observarla
hasta en animales. En el caso del
hombre, la injusticia surge a partir de la corrupción de los valores como la
verdad, el, respeto la solidaridad y el amor al prójimo demostrando de esta manera
la ética. Cuando alguno de estos valores
no se toma en cuenta y es dejado de lado en los comportamientos de todos los
días, los actos de injusticia se hacen cada vez más presentes.
Al pensar en injusticia o en la falta de justicia,
inmediatamente tendemos a asociarla con situaciones de resolución judicial o legal la
injusticia se evidencia al no condenar apropiadamente a un criminal, al no
actuar de acuerdo al bien más
elevado o a lo establecido a la
ley en nuestro caso a la constitución
así como también al código procesal penal de nuestro país.
La conducta de los jueces en nuestro país no es ni ha
sido un buen referente al momento de administrar justicia, la injerencia
política, la paga de favores, el amiguismo y la prebenda son los mejores aliados de un alto porcentaje de los jueces de nuestro país,
olvidando que son administradores de justicia y no mercaderes de su oficio y
su responsabilidad social.
Los administradores de justicia son los llamado a
castigar los criminales, atracadores y
ladrones, mas no a escudar las
faltan graves que cometen los ciudadanos aun sean sus propias familias, sin
importar su condición social, económica y partidista, raza, color, o religión. El cambio de actitud ante pequeñas o grandes
situaciones de injusticia es el único camino hacia el logro de sólidas
estructuras de justicia.