Muerte del general De la Cruz Martínez enlutece a la Policía


La muerte trágica del general de la Policía Nacional, Juan Ramón de la Cruz Martínez, ha causado gran conmoción y pesar en los mandos policiales y los medios de prensa a los que estuvo ligado mientras se desempeñó como director de Relaciones Públicas del cuerpo policial a final de los años noventa, y más adelante como subdirector de Información, Publicidad y Prensa de la Presidencia de la República, desde el 2000 hasta el 2004, durante el período de gobierno de Hipólito Mejía.
A la hora de su muerte, De la Cruz Martínez, de 60 años, era comandante de la Regional Cibao Sur de la Policía, con asiento en Bonao, y falleció la mañana de ayer lunes en un aparatoso accidente en que resultaron heridos su esposa, uno de sus hijos y un agente policial que los acompañaba.
Un neumático del vehículo en que viajaban se reventó, y su hijo Oliver de la Cruz Rodríguez, que conducía la máquina, perdió el control, precipitándose desde un puente hasta el lecho del río Jatubey, en la autopista Duarte, entre Bonao y Villa Altagracia. El general murió instantáneamente debido al impacto de la yipeta con las piedras del río, la cual quedó casi destrozada.
La esposa del general, Elvira Yanet Rodríguez Ángeles; su hijo Oliver y el agente que los acompañaba, Christian Ariel Marte, sufrieron heridas sonsiderables, pero están fuera de peligro dijo anoche por Twitter el vocero policial. De la Cruz Martínez venía, con su esposa e hijo, desde Bonao hacia Santo Domingo.
Se proponía descansar un poco en su residencia del sector Los Prados, donde momentos después del accidente decenas de vecinos y amigos acudieron entre tristeza y sorpresa para acompañar a los demás miembros de la familia que se encontraban presentes.
 PERFIL DE EL GENERAL
Nacido en Pimentel, San Francisco de Macorís, De la Cruz Martínez ingresó a la Policía Nacional en 1978, y desde entonces obtuvo escalonadamente todos los ascensos hasta llegar al generalato. En su pueblo natal desde muy joven se dedicó a labores sociales y culturales, las cuales nunca abandonó aunque cambió de residencia cuando ingresó a la Policía. 

Con frecuencia visitaba el municipio y era presidente de la Fundación Abriendo Puertas, que promueve la educación, el patriotismo y los valores morales en Pimentel. Los últimos puestos de mandos desempeñados por el desaparecido De la Cruz Martínez fueron las comandancias regionales de San Juan de la Maguana, Santiago, San Francisco de Macorís por segunda ocasión, Baní y por último Bonao, donde lo sorprendió la muerte. 
Fue comandante también en Barahona. En sus 34 años de carrera policial fue reconocido numerosas veces y realizó más de 40 cursos y entrenamientos especiales. Fue director general de Prisiones, director de la Escuela Nacional de Seguridad Ciudadana de Hatillo, San Cristóbal, y jefe de Seguridad de la Supervisora de Obras del Estado. 
De la Cruz Martínez manejaba con mucha destreza sus relaciones públicas personales a nivel político, empresarial y policial, llegando a ser amigo personal de los presidentes Hipólito Mejía y Leonel Fernández, quienes lo distinguieron designándolo en puestos.