La manera y artimañas que usó para entrar en el país, nos “decía” mucho sobre sus intenciones. Usó una “avanzada” amigable (Placer Dome) que se sometió a nuestras reglas de juego para llegar al país, con negociaciones secretas envolviendo nuestro aparato estatal. Hizo lobby en las más altas esferas del Poder, conoció y convenció las cámaras legislativas para aprobar un contrato complicado.
Lo entendimos después de su aprobación al vapor. Conoce, por usarlos siempre, esos pasillos silenciosos y cómplices, en el mundo entero. Desembarcó finalmente con sus maquinarias en un pueblito que languidecía, con viejos líderes deseosos, sin confesarlo, de ser “mineros” otra vez. Pueblo Viejo, durante años, se escondió en los recodos de una carretera serpentina que va desde Maimón a Cotuí y “vigila” el Cibao Oriental, esa larga franja de tierras verdes de arroz que se extiende a sus pies y que parece desconocer el peligro que planea sobre su porvenir.
Y es que la geografía nos da algunas pistas sobre ese peligro. Chile, con sus 757.000 km2, en una larga e interminable franja de tierra de 4,300 km de largo con apenas 176 kms. de ancho -15 kms. en Puerto Natales-, reparte sus minas, frente al Océano, adosándolas a la Cordillera Andina. Brasil, en sus 8.500.000 kms2 explota sus minerales en plena Amazonas, a pesar de los lamentos de los ambientalistas del mundo, “desarrollo” obliga. Dominicana es una isla de apenas 48,700 km2 - mide 265 kilómetros de ancho y 390 kms. de largo,- con una columna vertebral llamada Cordillera Central que desde sus 3.087 m (pico Duarte) domina el país y divide sus ríos.
También, esa Cordillera, separa dos franjas llamadas “Barlovento” y “Sotavento” porque los vientos alisios del anticiclón de las Azores, las lluvias de la Zona de Convergencia Intertropical, y ocasionalmente las borrascas del Frente Polar, “los nortes” se rompen en sus vertientes. Los contrastes pueden llegar a ser muy importantes y van desde los 455 mm en la hoya de Enriquillo a los 2.743 mm en la costa noreste. Producto de la insularidad, las brisas diarias mar-tierra suavizan las temperaturas de todas sus ciudades costeras. Allá, está el Valle del Cibao y del Cibao oriental, en particular, con el Yuna, su larga llanura verde y la Bahía de Samaná.
RD es una pequeña joya, minúscula en el Océano que por su tamaño excepcionalmente pequeño, su orografía transversal, altísima y entrecortada de valles estrechos, debe ser manejada a partir de esas tres premisas. Todo lo que se haga, allá arriba en Pueblo Viejo tendrá impactos definitivos e impredecibles en sus partes bajas y lo sabe, la Barrick; por eso, entró sin bulla en la Isla.
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