La universalidad en la obra de Aurora Díaz

LA ARTISTA LLEVARÁ LA PINTURA DOMINICANA A ENCUENTRO DE CREADORES EN EGIPTO
por Marivell Contreras
“Nunca podrás explicar quién es alguien si no sabes de dónde viene”. Esta sentencia debe haber sido pensada o escrita antes, pero se hace necesaria al presentar a Aurora Díaz.
Una llamada jubilosa, celebrando dos buenas noticias, provocan el encuentro en un cálido lugar que le hace honor a los Montes Eliseos (Elysee), a la gastronomía casera francesa; dulce y salada, vino y café.
Busca algo en su cartera y saca varias hojas de mascota escritas a mano. Descubrimos que esas líneas en tinta azul son versos de amor de su abuelo Manuel, copiados por su madre a su solicitud.
Aurora es nieta de un meritorio profesor y pintor de Cevicos. Es un autodidacta que se convirtió en gran maestro, que es recordado como uno de los primeros alfabetizadores de adultos de la provincia Sánchez Ramírez, donde se le rinde homenaje permanente en la Escuela básica Profesor Manuel Peña.
A ese hombre vigoroso que cambió solo su mundo y el de su alrededor, Aurora lo disfrutó desde su niñez en su versión artística y poética. Su familia emigró a Nueva York, donde ella se recuerda junto a él -con apenas 6 años- pintando una de las aves plasmadas en el dintel de la cocina. Cada uno elegía su favorita y competían en forma y tiempo, mientras su abuela Mamanedina hacía la comida.
Esta estampa le vino a  la memoria con el mismo fulgor inesperado que a Aureliano Buendía cuando al verse frente al pelotón de fusilamiento recordó cuando su padre lo llevó “a conocer el hielo”.
Sin embargo, ella no fue guiada a los recovecos de la infancia por la derrota como el personaje principal de “Cien años de soledad”, la obra cumbre de Gabriel García Márquez, sino porque en momentos de máxima realización es difícil ignorar hechos significativos de nuestra historia personal.

La buena nueva
La noche anterior recibió la noticia de que una de sus obras, “Kery”, fue elegida como imagen de “Yo soy Mamá Tingó”, una campaña internacional que tiene como objetivo valorizar el papel de la mujer y sus luchas a partir de la figura de la asesinada líder campesina  Florinda Soriano, a la que se han unido destacadas figuras latinas de la comunicación, el cine y la televisión latina en Estados Unidos y el país.

Lo mejor es que Aurora está casada con Ramón Emilio Contreras, de Monte Plata, provincia donde Mamá Tingó da nombre a un Distrito Municipal, donde esta valerosa mujer batalló contra el terrateniente a favor del campesinado y donde bañó la tierra con su sangre, víctima de intolerancia política y abuso militar de esa época: “los 12 años de Balaguer”. 
LA OTRA BUENA NOTICIA
A pesar de su intensa trayectoria como artista plástica, Aurora Díaz se sorprendió -y esta es la otra noticia-, cuando recibió una carta del ministro de cultura de Egipto, invitándola a participar en el sexto Luxor International Painting Symposium a celebrarse del 2 al 12 de diciembre en la ciudad alejandrina de Luxor.

Aurora, que fue elegida por ellos al ver sus obras en su página web Diazaurora.com, se confiesa emocionada y feliz porque ella sería la tercera artista latina y la primera caribeña que participaría en este encuentro que reúne a 25 artistas en una experiencia de pintura colectiva al unísono y con tema común que conocerán al momento.
Mientras piensa en ese reto artístico y competitivo, Aurora recuerda con los ojos húmedos a su abuelo Manuel y sus juegos de “arte al instante”, que le fueron útiles en las academias de Nueva York y Santo Domingo, donde se formó, y vitales para crear en vivo como pasará en Luxor.